El economista Orlando Ferreres analizó el panorama en relación con el nuevo crédito internacional que el Gobierno se encuentra negociando con entidades bancarias de Estados Unidos y afirmó que la cifra final “no excederá los u$s5.000 millones”. Según su explicación, la disminución del monto proyectado inicialmente, que se había estimado en u$s20.000 millones, obedece a las reservas manifestadas por las entidades respecto a las garantías que Argentina está en condiciones de ofrecer.
El análisis de Ferreres corroboró que, si bien la reducción es considerable, el monto representa una cifra “significativa” en el contexto actual. Esta aseveración contrasta con las declaraciones del ministro de Economía, Luis Caputo, quien sostuvo que nunca se mencionó un crédito por u$s20.000 millones y que la información difundida buscaba “generar confusión”.
Ferreres atribuyó la merma en el financiamiento a las dudas de los bancos intervinientes en la negociación con el Gobierno de Estados Unidos, específicamente en lo concerniente a las garantías que el país puede presentar. Paralelamente, indicó que el Poder Ejecutivo “ha permitido una depreciación del tipo de cambio”, con el oficial ascendiendo a $1.450, y una disminución de la tasa de interés del 22% al 20%.
Asimismo, advirtió que las reservas disponibles consisten mayormente en préstamos de China, Estados Unidos y el FMI, lo cual reduce las “netas propias”. A esto se añade que el riesgo país se mantiene por encima de los 600 puntos, distante del umbral de 400 que, según el economista, resultaría necesario para generar una mayor confianza.
Estableció una comparación con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que logró obtener un crédito de u$s500 millones con una tasa del 7,78% gracias a la solidez de sus garantías. En contraposición, señaló que en Argentina genera preocupación el incremento de la morosidad en tarjetas de crédito y préstamos personales, así como los elevados niveles de encajes mínimos, lo que dificulta la liquidez en pesos y restringe las inversiones.
Mercado, reformas y proyecciones para 2026
Ferreres resaltó que la inversión bruta interna fija experimentó una mejora del 13%-14% al 19% del PBI, si bien precisó que este avance se debe más a la amortización que a nuevas inversiones de gran envergadura. Subrayó la necesidad de un programa de inversiones más amplio para fomentar la creación de empleo y robustecer el salario real.
El economista aseguró que el año 2025, que se inició con “un marcado optimismo”, concluyó “desinflándose de manera drástica” y arrojó un nivel de actividad sumamente heterogéneo. No obstante, proyecta una recuperación para el ejercicio siguiente, asociada a tasas de interés más reducidas y una mayor liquidez. Rememoró los períodos de inversión intensa durante la convertibilidad, aunque lamentó que actualmente “no existan amplias posibilidades en materia de privatizaciones”.
Ferreres también vincula la posible reactivación con la “estabilidad” generada tras los comicios de octubre de 2025, donde La Libertad Avanza (LLA) obtuvo una victoria con amplia ventaja.
En cuanto a las reformas laboral y tributaria que el Gobierno aspira a sancionar en sesiones extraordinarias, se mostró optimista: “En esta ocasión se aprobarán”. Aseguró que el sector sindical “dispone de menor poder” y defendió una legislación laboral de carácter más flexible, citando el caso de Uruguay, donde las indemnizaciones equivalen a “cinco o seis meses” en contraste con las cifras significativamente superiores de Argentina.
En el ámbito tributario, se manifestó a favor de la implementación de un impuesto único y criticó el impuesto a los Ingresos Brutos (IIBB), que representa “un 12% o 15%” de la recaudación y se aplica en cada transacción. Confía, asimismo, en que los gobernadores aceptarán nuevas propuestas de reorganización fiscal. Respecto a la reforma previsional, deslizó la posibilidad de que se reintroduzca el sistema de AFJP en el futuro.
En materia inflacionaria, Ferreres explicó que las mediciones minoristas recientes se situaron por debajo del 2%, aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) superó ese nivel en los últimos tres meses. Para noviembre, estima una cifra inferior, pero anticipa un repunte en diciembre debido a incrementos en servicios esenciales y carne vacuna.
El economista proyectó una inflación anual del 29% al 30% para 2025 y de entre 14% y 15% para 2026, si bien recordó que aun con esos valores Argentina seguirá “detrás de Venezuela” en América Latina, donde la mayoría de los países registran cifras de entre 4% y 5% anuales. Su aspiración es que en 2027 la inflación alcance un dígito anual.
Hacia el final, Ferreres enfatizó que lo que el país requiere es un crecimiento sostenido del PBI, acompañado de inversión genuina. Confirmó que existen “consultas de personas interesadas” en evaluar proyectos y que, a pesar de la persistencia de problemas, se les informa que “se está experimentando una notable mejoría” y que el Gobierno necesita “un lapso de tiempo” para implementar su programa en su totalidad.







