La jueza Norma Abate de Mazzucchelli, de la provincia de La Rioja, fue destituida por mal desempeño, conducta lesiva para los intereses de la sociedad e indignidad moral.
Hasta ahora era Presidenta de la Cámara Cuarta en lo Civil, Comercial y de Minas de La Rioja y Vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina.
La historia de este caso escandaloso comenzó a mediados de mayo, cuando se conoció una grave denuncia contra la magistrada: fue acusada de solicitar una coima de $8 millones para destrabar una sucesión. Como prueba, trascendió el testimonio de la víctima de esta maniobra extorsiva y una cámara oculta.
El noticiero Telenoche (El Trece), de Buenos Aires, difundió el caso denunciado por una comerciante riojana, llamada Manuela Saavedra, que expuso el supuesto pedido de coima por parte de Abate de Mazzucchelli para agilizar un proceso de sucesión familiar, la herencia de un tío fallecido hace cuatro años, sin testamento.
Apenas se difundieron las imágenes, el gobernador Ricardo Quintela afirmó que “los hechos acontecidos y denunciados públicamente son inaceptables y de una gravedad absoluta. La jueza Abate de Mazzuchelli, apuntada por pedir coimas para resolver distintos casos, está atentando contra la confianza del pueblo riojano en la Justicia; por ello, solicité la separación de su cargo y la investigación de esta situación”.
Luego de innumerables idas y vueltas e intentos por contener el revuelo que el tema provocó en la provincia de la Rioja, la funcionaria judicial fue sometida a un jury de enjuiciamiento que hoy la condenó y ordenó su destitución.
Tras el escándalo por la cámara oculta y para evitar su destitución, la jueza presentó su renuncia, pero no le fue aceptada. Este fue el principal argumento del abogado defensor de la magistrada, Gabriel Pavón: “Ella ya renunció, dejó de pertenecer al Poder Judicial. No se puede remover a quien ya se removió por ella misma. Queda la responsabilidad penal, por eso planteamos que el jury es nulo”, afirmó días atrás a la prensa local.